¿Qué es el Alzheimer?
Según la OMS, la demencia tipo Alzheimer es una enfermedad degenerativa de etiología desconocida, de inicio lento e insidioso, de evolución progresiva y con rasgos neuropatológicos característicos. O, dicho de otra forma, se podría entender como una enfermedad que ocasiona la muerte progresiva de neuronas, provocando la perdida de capacidades controladas por el cerebro.
Es una enfermedad degenerativa, progresiva e irreversible en la que se produce la perdida de capacidades intelectuales cognitivas junto a la aparición de alteraciones de la conducta, siendo la principal causa de demencia. Es una enfermedad que actualmente no tiene cura, por ello su abordaje es conservador mediante tratamiento no farmacológico y farmacológicos, ambos complementarios, procurando reducir los efectos al mínimo y procurar a la persona y sus familiares y/o cuidadores de un bienestar y calidad de vida optimo durante la enfermedad.
Desde Terapia Ocupacional se aborda mediante tratamientos no farmacológicos, mediante técnicas que retrasen en máximo tiempo posible las consecuencias que tiene la enfermedad sobre el desempeño ocupacional de la persona, sobre su vida y las actividades que le permiten desarrollarse en ella, así como en las actividades de la vida diaria, dotándole de la mayor autonomía posible en ellas tanto tiempo como sea posible. Es muy importante tener claro que la intervención en Alzheimer no evitará el avance de la enfermedad, ni mejorará las capacidades cognitivas de la persona afectada, pero si pueden contribuir a ralentizar el deterioro cognitivo y funcional en su vida diaria. Es importante minimizar la perdida de autonomía en actividades como ir al baño, vestirse, comer, ir a la compra, el aseo personal o desplazarse por su barrio, es ahí donde la terapia ocupacional es de gran ayuda.
Antes de iniciar un tratamiento es fundamental para los terapeutas ocupacionales conocer qué funciones se han visto afectadas, el rol que la persona desempeña en su entorno familiar y social, así como en la etapa de la enfermedad que se encuentra.
Para ello realizamos previamente una evaluación inicial que nos permite adaptar el tratamiento a la persona y a sus necesidades reales.
¿Qué tipo de terapias ocupacionales podemos aplicar con personas que sufren Alzheimer?
Durante el proceso de intervención, algunas de las técnicas que utilizamos son:
Técnica de Orientación a la Realidad (TOR)
El objetivo consiste en trabajar la orientación en las tres esferas (personal, temporal y espacial) del usuario. Es importante que la persona sepa dónde, con quién y en que momento está.
A medida que avanza la enfermedad la capacidad de orientación se verá más afectada hasta el punto de perder la conexión con el mundo que le rodea, la utilización de esta técnica puede disminuir su grado de desorientación y mejorar su comunicación cuando el Alzheimer avanza.
Técnica de Reminiscencia
El objetivo que busca el estimular la memoria autobiográfica de la persona, así como procesos cognitivos de atención, lenguaje, memoria semántica y orientación mediante la presentación de objetos, fotos que sean de especial relevancia para la persona.
Estimulación Sensorial
Utilizamos esta técnica para estimular los 5 sentidos de la persona para potenciarlos y mantenerlos, ya que se ha demostrado que este tipo de estimulación disminuye la ansiedad y la apatía, generando bienestar y seguridad a la hora de realizar actividades cotidianas.
Terapia Psicomotriz
Trabajamos mediante la actividad física ya mediante esta, la persona trabaja la mente, el cuerpo y la participación social. Todas las actividades son sencillas, queremos que la persona se sienta segura y cómoda mediante las realiza.
La actividad física tiene múltiples beneficios independientemente de la edad, solo es necesario adaptar la intensidad.
Mantenimiento de las Actividades de la Vida Diaria
Se establecen hábitos y rutinas saludables a través de diferentes tareas que se realizaban antes de la enfermedad, fortaleciendo las capacidades de la persona para que pueda realizarlas él solo o con el mínimo uso de apoyos posibles.
Entrenamos actividades como el aseo, vestido, alimentación, deambulación, manejo del dinero, uso de transporte público, hacer la compra…potenciando la autonomía, la autoestima y los componentes sensoriomotores que intervienen en la actividad.
Como conclusión, nuestro objetivo primordial es favorecer que la persona tenga la máxima calidad de vida y autonomía posible, por ello abordamos actividades de su vida diaria, sus capacidades cognitivas, físicas y la relación con su entorno.
Debemos ser conscientes de que, aunque se trate de una enfermedad progresiva, debemos trabajar para retrasar el deterioro funcional que provoca para respetar la dignidad de la persona.